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SEVILLA. Avda. María Luisa, s/n.
El pianista de jazz Brad Mehldau ha grabado y actuado profusamente desde la década de los noventa. Sus actuaciones han sido en formato de trío, la mayor parte de las veces, aunque es también un poderoso solista. La personalidad musical de Mehldau es una dicotomía. Es antetodo un improvisador que aprecia la sorpresa y el asombro que puede ocurrir a partir de una idea musical espontánea, que se expresa directamente, en tiempo real. Pero también tiene una profunda fascinación por la arquitectura formal de la música, y esto influye todo lo que ejecuta. En su forma de tocar más inspirada, la estructura real de su pensamiento musical sirve como un dispositivo expresivo. Mientras toca, escucha cómo las ideas se revelan. Cada canción tiene un arco narrativo lleno de sentimiento, ya sea al principio, al final, o en algo dejado abierto de manera intencional. Los dos lados de la personalidad de Mehldau, el improvisador y el formalista, se enfrentan entre ellos, y el efecto es a menudo algo así como un caos controlado. Además de su trío y de sus proyectos en solitario, Mehldau ha trabajado con un gran número de músicos de jazz, entre los que se encuentran una colaboración con Joshua Redman, con quien trabajó durante dos años, grabaciones y conciertos con Pat Metheny, Charlie Haden y Lee Konitz, además de apoyar las actuaciones de Wayne Shorter, Michael Brecker, John Scofield y Charles Loyd. Por más de una década, ha colaborado con numerosos músicos y amigos por los que siente un gran respeto, incluyendo al guitarrista Peter Bernstein y Kurt Rosenwinkel y el saxofonista tenor Mark Turner. Mehldau también ha intervenido en grabaciones con artistas fuera del jazz y su música ha aparecido en numerosas cintas, incluyendo “Eyes Wide Shut” de Kubrick y “Million Dollar Hotel” de Wim Wenders.
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