El otoño es, después de la primavera, la mejor estación para visitar Sevilla, especialmente durante el mes de octubre. Son días de clima suave, soleado y con algunas lluvias, que no son obstáculo para recorrer el casco histórico, conocer los monumentos  y pasear por las calles estrechas del centro de la ciudad.

Es en esta época cuando se celebra la Fiesta Virgen del Pilar, el 12 de octubre, una fiesta nacional que tiene su origen en Zaragoza en el año 40, cuando, de acuerdo con la tradición cristiana, el 2 de enero la Virgen María se apareció a Santiago el Mayor en Caesaraugusta, pidiéndole construir una iglesia en la que permanecería hasta el fin de los tiempos. Fue esta la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular de la Virgen, fecha que coincide con la llegada de las tres carabelas de Cristóbal Cólon a las desconocidas tierras de América. Todo ello motivo la proclamación de la Virgen del Pilar como patrona de la Hispanidad, constituyendo el mejor símbolo de unión entre los pueblos del viejo y nuevo continente. Su fiesta se celebra en todas las naciones de habla hispana, en especial en Zaragoza donde miles de personas de todo el mundo realizan una multitudinaria ofrenda floral a la Virgen.

En Sevilla, muchas imágenes marianas de gloria procesionan por las calles, llenas de olor a incienso y música cofrade. En la Iglesia San Pedro se puede visitar la capilla de la Virgen del Pilar, presidida por una imagen del siglo XVIII, la cual hace su salida con una entrada al templo que destaca por su grandísimo componente emocional.