De Eugène Ionesco, autor de origen rumano que vivió varios años en París y uno de los creadores del Teatro del Absurdo, junto con Samuel Beckett.
Se trata de la primera obra de teatro de este autor de origen rumano que vivió largos periodos de tiempo en París. Se estrenó en 1950. La inteligencia, novedad y ruptura con la lógica llevan a la fama a Ionesco, fama que no lo abandonará en sus posteriores obras. Fue, junto al irlandés Samuel Beckett, el padre del teatro del absurdo.