Cortometraje de Carmen Quijada.
Bajo el pretexto de la pérdida de identidad que supone el abandono forzado de la casa de uno, se pretende explorar en la búsqueda de lo más auténtico de uno, que se encuentra en la infancia, intacto. Carlos es un niño de 10 años que vive con su abuela en una casa que ya no pueden pagar, y que pertenece a Simón. Un hombre solo que mide su riqueza con ceros en su cuenta corriente. Simón pretende clausurar la casa con una cadena y un candado, pero para eso la casa ha de estar vacía. Así que se pasa en la plaza, frente a la casa, horas y días observando los movimientos de abuela y nieto. Pero Simón no contaba con que el niño se acercara y compartiera banco con él… ¿Quién vigila al vigilante? ¿Quién es el cazador y quién la presa? ¿Cuánto cuesta despertar una conciencia?