Una exposición de Sonia Alonso.

Una obra que busca entrar hasta más allá de tus pupilas, sobrepasar la pura contemplación, hacerte pensar que eres tú ese personaje que asoma en los cuadros.Ese joven viejo, o ese viejo joven, en su laberinto de silencio y soledad, somos todos nosotros a merced de las eternas preguntas :¿por qué?, ¿para qué?... Estático pero no inmóvil, en serena inquietud, como quien asume que no hallará la respuesta y sin embargo va a seguir volviendo una y otra vez sobre la pregunta. Entre altísimos muros, no se le aprecia pequeño ni indefenso, al contrario, muestra una fortaleza interior que está más allá de dimensiones físicas.El yo es quien delimita la realidad y no al contrario. Todo existe porque yo existo, y cuanto me rodea, soy yo también. El trazo difuminado, casi penumbroso que da el dibujo a lápiz, hace crecer la fuerza del personaje y lo envuelve en un halo de determinación y firmeza.Su paso es seguro aunque en apariencia no se desplace a ningún sitio concreto, no deambula, camina. Sonia no busca tu aplauso, ni si quiera tu complicidad,sino señalar con su lápiz que ahí dentro está tu alma y no tienes más remedio que asumirla.