Hablan de un hermoso juego, pero para Laurențiu Ginghină no es suficiente. El fútbol debe modificarse, racionalizarse, liberarse de las restricciones. Las esquinas deben eliminarse, los jugadores ser asignados a zonas en el campo, las normas revisadas. Llegó a todas estas conclusiones tras resultar lesionado durante un partido en su juventud, preludio de una vida gris. (FILMAFFINITY)