Pero no se lo digas es una comedia vertiginosa, repleta de humor absurdo y una inteligencia que provoca carcajadas. El espectáculo, punzante y hilarante, se mueve entre lo terrenal y lo surrealista, como si viniera de otro planeta. Laura y Paco, un matrimonio común, reciben la visita de su amigo Ramón, quien acaba de sufrir una ruptura amorosa. Lo que parecía una cena de consuelo se convierte en una tormenta de situaciones disparatadas, donde no hay respiro para el desconsolado Ramón.
A medida que la noche avanza, Paco baja a comprar limones y Laura aprovecha para desahogarse con Ramón, revelando los problemas de su matrimonio. Las tensiones surgen entre la falta de comunicación, el aburrimiento y la vida cotidiana que amenaza con descarrilarles. Entre risas y momentos incómodos, Laura irá tocando los temas más sensibles, "meter el dedo en la llaga", mientras la velada se convierte en un sinfín de sorpresas y situaciones al límite. Un montaje lleno de comicidad y frescura, que no dejará indiferente a nadie.