El día del Watusi es la historia de Fernando Atienza quien, desde sus trece años robando coches en las chabolas de Montjuïc, hasta sus treintaypocos trapicheando en las callejuelas adyacentes a la Plaza Real, pasando por su primera juventud como chico para todo de ambiciosos financieros de la zona alta, viaja del tardofranquismo a la transición, al sueño olímpico y a la Expo 92. Pero no habrá día que haya dejado más huella en su biografía que “el día del Watusi”: el 15 de agosto de 1971, el día en que vio un cadáver, e incluso dos, por primera vez. Ese momento fundacional que, a partir de entonces, le acompañará cada segundo del resto de su vida.