Chihiro es una niña caprichosa y testaruda de diez años que cree que el universo entero debe someterse a sus deseos. Cuando sus padres -Akio y Yugo- le dicen que tienen que cambiar de casa se pone furiosa y no hace nada para ocultar sus sentimientos. La familia se marcha y Chihiro se agarra al ramo de flores que le han regalado sus amigos como si llevara en él todos sus recuerdos. Rumbo a su nueva casa, la familia parece equivocarse de camino y de repente se encuentran al final de un misterioso callejón sin salida. Allí se yergue un enorme edificio rojo con un interminable túnel en el centro que parece una boca gigantesca y que les conduce a un pueblo fantasmal donde les espera un magnífico banquete. Akio y Yugo se lanzan sobre la comida. Chihiro mira a sus padres, que siguen devorando plato tras plato, cuando de repente son transformados en cerdos. Sin querer han entrado en un mundo habitado por dioses antiguos y seres mágicos, dominado por la diabólica Yubaba, una arpía hechicera, quien le explica a Chihiro que a los intrusos los transforman en animales y después los matan para comerlos.