San Valentín

Cenas a la luz de las velas en alguno de los rincones más románticos del mundo. ¿Se te ocurre mejor plan para celebrar San Valentín? Estas son algunas sugerencias que seguro harán las delicias de aquellos alcanzados por las flechas del travieso Cupido. Los origenes del patrón de los enamorados lo encontramos en la Ciudad Eterna, Roma, donde un joven sacerdote cristiano de nombre Valentino se dedicaba a casar a parejas jóvenes en contra del emperador Claudio II, que pensaba que los soldados eran mejores si se encontraban solteros. Valentino no se libró de ser martirizado, justo un 14 de febrero. Sin embargo, Verona es por excelencia la ciudad de los enamorados. Esta ciudad al norte de Italia inspiró a Shakespeare la historia de amor y odio entre los Montescos y los Capuletos, los inmortales Romeo y Julieta. Declarada Patrimonio de la Humanidad, la ciudad atesora un importante legado patrimonial exquisito. Y si lo que estás pensando es en el matrimonio, por 600 euros, el Ayuntamiento ofrece la posibilidad de realizar el enlace en el mismisimo balcón de Julieta, con tus invitados instalados en el patio. Si lo que buscas es deleitarte contemplando el más bello monumento al amor, sin lugar a dudas, lo encontrarás en la ciudad de Agra, en la India. A orillas del río Yamuna, el Taj Mahal luce imponente. Fue construido por el emperador Shah Jahan, de la dinastía mongola en honor a su esposa favorita, Arjumand Bano Begum —más conocida como Mumtaz Mahal— que murió en el parto de su decimocuarta hija. Y si eres de los que adora visitar escenarios de leyenda, en la ciudad mexicana de Guanajuato tienes una parada obligada. En el siglo XVIII, el padre de Doña Ana desaprobaba el compromiso de su hija con el apuesto Don Carlos. Para rehuir al padre, el joven compró la casa de enfrente. Una de sus ventanas daba a un callejón tan estrecho que podían tocarse con las manos de balcón a balcón. Con la ayuda de la dama de compañía, los enamorados se citaron en aquel lugar clandestino. Fue la primera y única vez que lo hicieron. El intransigente padre clavó un puñal sobre su hija mientras Don Carlos la besaba. Las parejas que visitan esta angosta y colorista callejuela comprueban que sus 68 centímetros de ancho bien permiten un beso.