El actor José Sacristán recuerda en este texto su relación con Fernando Fernán-Gómez, a quien considera una de sus grandes influencias. Expresa que, así como Miguel Delibes le enseñó a mirar, Fernán-Gómez le enseñó a escuchar. Durante los años que compartió con él, tuvo la oportunidad de conocer de cerca sus recuerdos familiares: la historia de su bisabuela Fernanda López, “la Rubia”, y de su abuela Carolina Gómez, costurera y figura esencial en su infancia. Sacristán encuentra en esas memorias paralelismos con su propia vida y con las mujeres que lo criaron, reconociendo en ambas trayectorias una misma herencia de trabajo, dignidad y deseo de libertad. La evocación de Fernán-Gómez, dice, estaba impregnada de melancolía y orgullo, y espera que el público escuche sus palabras con la misma emoción con la que él escuchaba al nieto de la costurera y al hijo de la cómica.