El camino a la Meca, de Athol Fugard, se inspira en Helen Martins, una mujer real que desafió los estamentos de su época. Persigue el deseo y la luz de la inspiración, más allá de edades o generaciones, eligiendo preguntas sobre certezas y defendiendo su libertad y autonomía frente a su tiempo y entorno.
En esta versión de Claudio Tolcachir, la historia de Martins se entrelaza con la admiración y la lucha de otras dos mujeres, reflejando la resiliencia y la invisibilidad de la protagonista. La obra transcurre durante hora y media en el icónico hogar de Martins, con una puesta en escena cuidada y aparentemente sencilla, donde cada detalle contribuye a su universo.
Les acompaña el actor catalán Carlos Olalla, quien sostiene y acompaña con precisión a sus dos compañeras. El público puede así disfrutar de la luz —esa que supera todas las lámparas de la casa— de una de las últimas grandes damas del teatro español.